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All In.

domingo, 29 de noviembre de 2009
Todo al caballo perdedor, aunque sepa que puede perder, confío siempre en respirar en el momento adecuado, condenado a ganar siempre en el descuento; es la vida del suicida conforme.
Sirve de terapia, tengo más que ganar que todo eso de "es muy difícil".
Todo se esfuma cuando escucho una fender tocada con alma, cuando el frío me coloca en mi lugar y cuando grita Dylan.

La vida se basa en tomar decisiones y por el momento me lleva ventaja, aunque ya me hayan quebrado las piernas en repetidas ocasiones, seguiré intentando salvar todo mundo que alcancen mis pies.
Las calles están llenas de bandidos y parece que nadie quiere robarme nada, a veces le apetece a uno que le despierten con un puñado de "¡hey chico! ¡levanta y pelea!".


Ali asiente con gesto autodestructivo y piensa: "Ha sido más fácil de lo pensaba"

Siempre volaremos como las mariposas y picaremos como las abejas, larga vida a los débiles.














Escuchando: Across the Universe - The Beatles.

Wild Horses.

Conducir de noche, los Rolling y su "Wild Horses", tiempos duros pero divertidos.
A veces parece que se trata solo de sobrevivir, y me lamento de vivir al cincuenta por ciento, las tornas de vida y felicidad se cambian por quimeras de placer.
Me siento como un gran trilero estafador, con la garantía de ganar pero con un peligro constante, los secretas se arropan entre las cabinas de teléfonos, ya ni siquiera eso; ya no existen los momentos de aglomeración deseada en las cabinas, los "llegaré pronto", ni la sensación de querer ir más lento.

Lunes por la mañana, gente, ruido, vitalidad, caras largas, manchas de café; pasamos al sábado por la noche, es lo mismo, pero en su forma de cura, es la manera de tratar la enfermedad del mundanal girar de la ruda urbana, la inyección contra nuestro ego.

-Mamá?
-Dime.
-Quiero ser una estrella del rock.
-Primero acábate la cena y luego repasa los deberes, pronto llegará el día en que lo seas.
-Quiero ser una estrella, no quiero cenas ni libros de texto.
-Déjame adivinar, ¿has vuelto a verlo no?
-Sí, y he tenido la necesidad de tirarme al vacío de una vez por todas.

Escuchando: Can´t You Hear Me Knocking - The Rolling Stones.

Martini Rojo.

domingo, 22 de noviembre de 2009
Basta ya de querer cuando no se puede y de poder cuando no se quiere; basta ya de inducir felicidad, basta ya de abrazos a distancia.

Es difícil escribir cuando te da vueltas la cabeza, la información se amontona, como los libros viejos y las revistas pasadas, como los zapatos gastados en un armario húmedo.
Todo se convierte en nada al rodear una vez más el distinto camino de tus piernas, caminar en círculos sólo sirve para poder volver al pasado; y normalmente, no suele ser apropiado; si no cometes errores, jamás sentirás el preciado estremecer de la redención.

Escuchando: Eels - All the beatiful things.

A fuego a 30 metros.

viernes, 20 de noviembre de 2009
La incansable mirada del rencor más lindo, los recodos del dolor más interior e intransferible, espuma de cerveza y colillas en el suelo, bandidos con traje y mon sieurs en chandal.

Cada nuevo despertar después de un concierto es difícil, es enfrentarte a tus errores y darte cuenta de que algo has hecho mal, no sabes qué es exactamente, pero sabes que sigues sin clavarla como deberías, supongo que cuando te tiras al vacío y desnudas tu redención involuntaria, te dejas una gran parte del camino en la tarea de pensar cuando llegará el final.

Siempre nos quedará el desaliento de una carrera nocturna de alas rotas.

Escuchando: Northstar Blues - Magnolia Electric Co.

Como si jamás hubiera roto un plato.

domingo, 15 de noviembre de 2009
Aquí estoy, con cara de póquer, intentando recapacitar entre la vigilia y el sueño más profundo; es difícil atender al profesor interno, ni siquiera me pregunto ya nada ajeno a mí, sólo soy yo la duda incoherente y el nefasto hombre que llegó con un puñado de esquemas que se rompen en un minuto y medio de fracaso intermitente, y es que, a pesar de todo, parece que soy uno más, y poco tengo de lo que soñé en aquel libro que hablaba de mí, y ahora, por fin, habla de nosotros, y me dedico a quemar las hojas con las cerillas de lo incierto.

Supongo que las ansias por escribir serán permanentes pero sigo con la sensación de que nadie me ha explicado nada a derechas, maldita sea, quizá sea más mundanal que el best-seller del mes y más excéntrico que los mejores días de Tom Waits.

Escuchando: Nacho Vegas - Pesadilla Genérica

Miscelánea.

miércoles, 11 de noviembre de 2009
Dos o tres días de vértigo. No necesito más. Me recuerdo a mi mismo diciendo en repetidas ocasiones: "necesito que la vida me dé una bofetada" y repentinamente, me la ha dado.

Ayer conocí a Quique González, puede parecer una bagatela a primera vista, pero es el encuentro esperado por mis temblorosas manos durante mi estancia hasta la actualidad en el mundo de la composición y los directos, el maldito rock & roll tan querido.
No fue fácil articular palabras de sentencia personal pero conseguí hacerle ver que existo y que de una manera o de otra él está ahí en cada una de mis canciones, junto con los miembros de The Band, el incansable Neil Young y la larga lista de mi banda sonora permamente.

Hace pocos días terminé "El guardián entre el centeno", y descubrí lo que puede hacer un puñado de dólares y las pocas ganas de vivir, es difícil explicar el por qué de este libro, el título te atrapa hasta que te dispara en el momento exacto de tus gritos de clemencia.
Jamás me habían herido con tanta dulzura, aunque he de reconocer que compite con varios poemas de Montero y el incesante Bukowski en "La senda del perdedor".

Ayer? Lunes, lluvia, etb, Quique, bofetada sonora y vuelta a componer tras casi un mes de siembra mental; he leído, he releído, he escuchado y sobre todo, me he estremecido con el viento frío de noviembre.

A veces, solo es cuestión de tiempo.

Escuchando: Rhett Miller - Question

Acordes entre bambalinas, It makes no difference.

miércoles, 4 de noviembre de 2009
Últimamente las oportunidades para tocar en directo han incrementado y es algo que me hace feliz pero a la vez me angustia, y os diré por qué, siento que necesito hacerlo cada vez mejor, cada vez más cerca del filo que separa la felicidad de la melancolía, y esto es una carga completa llena de una nebulosa de impertubabilidad.

Intentaré romper mi camisa con el desgarrador aliento de diciembre y así acalorar vuestros sentidos con canciones de rigor adulto.

Ahora sólo quisiera cerrar los ojos y cegarme entre los nudos que escribieron Robbie Robertson y sus secuaces. Viva The Band.

Crímenes perfectos.

lunes, 2 de noviembre de 2009
En mis días se escuchan pájaros sin prisa, y gritos del más liberador efecto de Woodstock, sin caer en la fábula mundanal del LSD y las renovadas termas hippies.
Es una contrapartida personal, que parece saltar de problema en problema siendo el archienemigo de mi razón conciliadora de mi mismo.

Cada vez es más duro el pan, y me recuerdan que a veces es mejor agacharse, por si acaso, por muy pequeño que seas, los golpes pueden llegar desde lo más alto que tu propio cuello podría soñar e imaginar una noche de cama pletórica.

Escuchando: Your Mother Should Know - The Beatles

Necesito entrar en los sueños de alguien.

El viernes volví a tocar en alguna parte y me quede con la vista nublada por las llamas de la calle, la gente repartía su odio contra una cerveza sin alma y yo pretendía llenarles de nuevo el vaso con algún verso de esplendor intimidatorio.

Me dí cuenta de que no lo hice sólo aquel día, lo hago cada vez que me cuelgo la guitarra y recalo en la vida personal de alguien y de todos al mismo tiempo, sin que ningún alma atormentada se dé cuenta de nada.

Escuchando: Quique González - Su día libre.